Por regla general, la incidencia del cáncer aumenta con la edad. Esto se ha atribuido a que los genes tienen más tiempo para mutar por azar o para que actúen sobre ellos agentes carcinógenos: un efecto acumulativo. Ejemplos de cánceres que siguen esta tendencia son los del tracto gastrointestinal y urinario.
Sin embargo, hay algunas excepciones notables:
- un pico temprano de incidencia con un rápido descenso posterior hasta niveles mínimos:
- la segunda causa más frecuente de mortalidad en el grupo de lactantes y niños es el cáncer, por ejemplo el neuroblastoma y el tumor de Wilms, y en estos casos suele haber un fuerte componente hereditario
- los seminomas y teratomas alcanzan su incidencia máxima antes de los 30 años y luego descienden hasta una incidencia mínima
- el osteosarcoma tiene una distribución bimodal; es frecuente en la adolescencia, cuando el crecimiento óseo es rápido, y también después de los 45 años como consecuencia de la enfermedad de Paget
- el carcinoma de cuello uterino aparece con mayor frecuencia en la adolescencia y su incidencia aumenta con relativa lentitud hasta la menopausia, cuando vuelve a disminuir