Los principios modernos de la ecualización de extremidades deben gran parte de su fundamento a Ilizarov, que observó lo que se conoce como "efecto de tensión de estrés": las tensiones creadas por la distracción gradual de los tejidos vivos estimulan la regeneración activa en los tejidos receptivos. Aplicado a la pierna, el estrés controlado del alargamiento axial estimulará la formación de hueso y tejidos blandos.
Durante la distracción, se produce osteogénesis a ambos lados de la zona de alargamiento. La zona entre las áreas de hueso nuevo actúa como una placa epifisaria y se osifica una vez que cesa el alargamiento. Durante el alargamiento, el hueso se deposita longitudinalmente; una vez que cesa el alargamiento, se consolida, aumenta su densidad y desarrolla una corteza y, por último, un canal medular. También se estimula la formación de tejido blando con regeneración generalizada de músculo, nervio y tejido fibroso en toda la extremidad, pero concentrada en el lugar del alargamiento.
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