La artroscopia es ahora un procedimiento estándar para investigar y tratar problemas de las articulaciones más grandes. Normalmente, con el paciente anestesiado, se rellena la cavidad articular con suero fisiológico y se introduce un telescopio para poder realizar los procedimientos bajo visión directa.
Con la artroscopia es posible realizar:
- lavados articulares de osteofitos sueltos y restos traumáticos
- desbridamiento de tejidos dañados, como el segmento desgarrado de un menisco dañado
- raspado de cartílago de superficies irregulares
- biopsia de tejido anormal
El NICE afirma que "...La evidencia actual sugiere que el lavado artroscópico de rodilla por sí solo no debería utilizarse como tratamiento para la artrosis porque no puede demostrar un beneficio clínicamente útil a corto o largo plazo..."(1)
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