El componente sensorial del nervio facial tiene dos funciones: la sensación general de tacto, dolor y temperatura, y la sensación especial del gusto.
Los estímulos del tacto, el dolor y la temperatura sólo se recogen en una pequeña región de la piel de la oreja. Desde aquí, las neuronas se proyectan centralmente al ganglio geniculado del canal facial y, de ahí, al núcleo trigémino espinal de la protuberancia. Desde aquí, las neuronas pasan al tálamo en el tracto trigeminotalámico ventral.
Los receptores gustativos del paladar hacen sinapsis con los procesos de los nervios palatinos para llegar al ganglio geniculado por el siguiente camino: nervio palatino - nervio del canal pterigopalatino - nervio petroso mayor - ganglio geniculado.
Los receptores de las papilas gustativas de los dos tercios anteriores de la lengua transmiten señales sensoriales a través del nervio lingual. Éste asciende a través de la cavidad del oído medio hasta el conducto facial en forma de nervio chorda tympani, uniéndose al nervio facial antes de dirigirse al ganglio geniculado.
Desde el ganglio geniculado, el enlace neuronal de los receptores del gusto pasa centralmente a la protuberancia inferior, donde sinapta con el núcleo del tracto solitario. A través del tálamo, este tracto, que también recibe información de los nervios craneales IX y X, se proyecta finalmente a la circunvolución postcentral de la corteza sensorial.
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