Los fármacos antitiroideos se utilizan en el tratamiento de la tirotoxicosis. El compuesto más utilizado en el Reino Unido es el carbimazol, aunque a veces se emplea el propiltiouracilo.
Estos fármacos actúan inhibiendo la formación de hormonas tiroideas y, de hecho, la síntesis hormonal se reduce muy rápidamente. Sin embargo, la larga vida media de la tiroxina -unos 7 días- hace que los efectos clínicos del tratamiento no se observen hasta pasados entre 10 y 20 días.
El tratamiento médico está indicado en niños, durante el embarazo, en caso de hipertiroidismo leve con un bocio pequeño y en pacientes no aptos para la cirugía.
Los fármacos antitiroideos se utilizan de dos maneras:
Pueden utilizarse betabloqueantes para proporcionar un control sintomático rápido.
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