El uso de un prisma corrector o una inyección de toxina botulínica puede ser un remedio útil para los casos más leves de parálisis del recto lateral.
En los casos graves o leves en los que no haya mejoría tras 6 meses de tratamiento, debe considerarse la posibilidad de una intervención quirúrgica. Esto implica la resección del músculo paralizado y la recesión de algunos o todos los rectos horizontales restantes. Las inserciones de los rectos superior e inferior pueden transferirse al recto lateral en caso de parálisis total.
El éxito completo sólo es posible en los casos leves.
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