Aunque las complicaciones de la sinusitis eran frecuentes y potencialmente mortales durante la era preantibiótica, su incidencia y la mortalidad asociada han disminuido drásticamente gracias a métodos diagnósticos más fiables (TC, RM), a la mejora de las técnicas quirúrgicas y a la amplia gama de antibióticos disponibles.
Se dividen clásicamente en orbitarias, óseas y endocraneales, aunque raramente pueden desarrollarse algunas complicaciones inusuales (1).
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