Cilia

Un cilio, en plural cilios, es una proyección en forma de dedo de la superficie de células especialmente adaptadas. Se encuentran en gran número en las células epiteliales del tracto respiratorio y del tracto genital femenino, donde su función es mover partículas a lo largo de la superficie de la célula.

En sección transversal, un cilio está unido a la membrana y contiene un cilindro compuesto por 9 pares de microtúbulos; cada par está formado por 2 microtúbulos fusionados. En el centro de este cilindro hay 2 microtúbulos que no se asocian entre sí. La disposición 9+2 de los microtúbulos va desde la punta del cilio hasta la base. En la base, sólo los microtúbulos exteriores se unen a un centríolo modificado denominado cuerpo basal. El cuerpo basal rige la formación de los cilios al principio de la vida de la célula: los centriolos se dividen y proporcionan un centro organizador para el ensamblaje de los microtúbulos bajo la membrana celular.

Uno de cada miembro de un par tiene procesos de puente hacia un par adyacente. Estos procesos contienen una proteína, la dineína, y actividad ATPasa. La descomposición del ATP en el lugar provoca el desplazamiento de un microtúbulo con respecto a sus vecinos. El efecto global para el cilio de numerosas interacciones de este tipo por segundo es un movimiento cíclico. El ciclo tiene una fase en la que el cilio está relativamente recto y empuja la materia superficial, seguida de una fase en la que se dobla durante el retorno a su posición inicial, cuando la materia superficial no es impulsada.

Debido a las interacciones locales de la membrana, el ciclo de barrido está ligeramente desfasado entre cilios adyacentes en un plano a lo largo de la superficie celular. Esto da lugar a un movimiento de barrido coordinado que es más eficaz para dirigir partículas, como el moco en el árbol respiratorio, a lo largo de la superficie celular.