Las deformaciones congénitas están causadas por cualquier factor que restrinja la movilidad del feto, provocando así una compresión prolongada en una posición anormal.
El agente deformante puede ser intrínseco o extrínseco. Entre los agentes intrínsecos se encuentran las enfermedades neuromusculares, las enfermedades del tejido conjuntivo y las malformaciones del SNC. Los agentes extrínsecos incluyen primigrávidas, baja estatura materna, oligohidramnios, presentación podálica, malformación uterina y embarazos múltiples.
Las deformaciones son corregibles con la aplicación externa de fuerza. Es habitual que la deformación se resuelva por completo en el periodo neonatal.
Las deformaciones congénitas incluyen talipes, luxación congénita de cadera, escoliosis postural congénita, plagiocefalia, tortícolis y asimetría mandibular.
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