El síndrome de Waterhouse-Friderichsen es el resultado de una hemorragia en la corteza suprarrenal durante una septicemia meningocócica. La definición puede ampliarse para incluir otros agentes infecciosos.
Puede ocurrir en aproximadamente el 10% de los pacientes con infección meningocócica, y se caracteriza por un rápido deterioro clínico con hipotensión, shock, hemorragia extensa dentro de la piel, coma y muerte. La progresión es rápida y la muerte suele producirse a las pocas horas de la aparición de los síntomas. También puede haber coagulación intravascular diseminada en pacientes con este síndrome.
Si esta afección no se trata con prontitud, la mortalidad se aproxima al 100%.
El tratamiento es el mismo que para la infección meningocócica, pero añadiendo un apoyo suprarrenal con hidrocortisona, administrada por vía intravenosa en dosis de 200 mg cada cuatro horas.
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