La hemartrosis suele aparecer en la hemofilia y puede producirse de forma espontánea o como consecuencia de una lesión aparentemente menor.
El daño articular suele comenzar antes de los 15 años. Una articulación puede distenderse de forma aguda por la sangre, que luego se reabsorbe lentamente. La inflamación es variable y la membrana sinovial se vuelve hipertrófica y teñida de hemosiderina. El daño del cartílago articular es una consecuencia frecuente de las hemartrosis repetidas; además, la hemorragia intraósea puede provocar la reabsorción ósea y el desarrollo de quistes óseos.
Los antecedentes la diferencian de la artritis inflamatoria.
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