La hipospadia se produce cuando el meato uretral se abre en la cara ventral del cuerpo del pene, en un punto proximal al sitio normal.
Tiene una incidencia aproximada de uno de cada 300 nacimientos masculinos.
La presentación es variable, y la gravedad varía desde un orificio glandular hasta tipos escrotales y perineales.
La reparación quirúrgica está indicada si el niño es incapaz de expulsar un chorro de orina socialmente aceptable cuando está de pie, o cuando la deformidad puede impedir una relación sexual normal. En general, la corrección quirúrgica se consigue mejor a los 12-18 meses o a los 3 años, dependiendo del tamaño del pene, etc. La mayoría de los casos pueden tratarse con una corrección en una sola fase, pero puede ser necesaria una cirugía de revisión.
Obsérvese que la combinación de hipospadias y criptorquidia debe alertar al clínico sobre la posibilidad de virilización femenina.
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