Una deformidad en flexión fija de la cadera, por ejemplo debida a la artrosis, puede no ser inmediatamente evidente cuando el paciente se tumba en la camilla de exploración, ya que arquear la espalda permitirá colocar la pierna plana.
La prueba de Thomas es un medio fiable para evaluar dicha deformidad incluso cuando ambas caderas están afectadas. El paciente se tumba boca arriba y ambas caderas se flexionan simultáneamente hasta su límite. Esta posición borra cualquier lordosis excesiva, y esto debe confirmarse colocando una mano detrás de la columna vertebral. Con una cadera sujeta firmemente en posición - manteniendo así la pelvis inmóvil - se baja suavemente la otra extremidad. La rodilla no podrá apoyarse en la camilla si existe alguna deformidad en flexión.
Al mismo tiempo debe anotarse la amplitud de la flexión. Normalmente es de unos 130 grados.
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