El secuestro broncopulmonar describe tejido pulmonar (lóbulos o segmentos) sin una conexión normal con el resto del pulmón y con un aporte sanguíneo derivado de la circulación sistémica, normalmente la aorta.
Los secuestros intralobulares son más frecuentes en adultos. Se desarrollan dentro del parénquima pulmonar y drenan en el sistema venoso pulmonar.
Los secuestros extralobulares son más frecuentes en lactantes, a menudo asociados a otras anomalías congénitas. Tienen su propia pleura visceral y drenan en las venas sistémicas.
La afección suele ser asintomática. La neumonía recurrente con infección es la principal complicación.
El secuestro suele producirse en los segmentos basales posteriores de los lóbulos inferiores, más a menudo en el izquierdo que en el derecho.
Cuando no hay comunicación entre el árbol bronquial y el secuestro, en la radiografía se observa una masa o infiltrado de tejido blando. Si existe comunicación, se observa una estructura quística que contiene aire y/o un nivel de líquido. La RM puede ser útil para diagnosticar el secuestro intralobar.
Los casos sintomáticos deben tratarse mediante resección. La arteriografía preoperatoria permite identificar el vaso aberrante. Los casos asintomáticos no requieren intervención.
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