Las venas umbilicales son un par de vasos de desarrollo que pasan entre la placenta y el seno venoso del corazón. Transportan sangre oxigenada.
A partir de la quinta semana de desarrollo, parte de las venas umbilicales se incorporan a la región del hígado en desarrollo. Las venas se agrandan y se anastomosan dentro del parénquima en desarrollo. Se fusionan con las venas vitelinas para formar sinusoides.
A continuación, la vena umbilical derecha retrocede junto con la parte de la vena umbilical izquierda más cercana al corazón. La parte distal de la vena umbilical izquierda se deja para convertirse en el canal principal a través del hígado. Forma una anastomosis con el canal hepatocardíaco derecho, uno de un par de vasos primitivos que discurren entre el hígado y el corazón. La ruta así formada proporciona una derivación para eludir los sinusoides hepáticos. A los tres meses de desarrollo, el canal hepatocardíaco derecho se ha agrandado y se denomina ductus venoso.
La vena umbilical izquierda retrocede al nacer y se convierte en un cordón fibroso que forma el ligamentum teres hepatis. Asimismo, el ductus venoso forma un cordón fibroso, el ligamentum venosum.
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