El Análisis Conductual Aplicado o la Modificación de Conducta se basan en la observación de que el comportamiento se mantiene gracias a las consecuencias reforzantes: si éstas se modifican, también lo hará el comportamiento. Funciona con una gran variedad de problemas, tanto psiquiátricos como no psiquiátricos.
Por ejemplo, un niño que habitualmente se mete en la cama con sus padres. La modificación de conducta se basa en identificar las consecuencias reforzantes -la atención de los padres- y modificarlas. Así, se puede ordenar a los padres que devuelvan al niño a la cama con un mensaje estandarizado, plano, cada vez que intente meterse en la cama con ellos. Al principio se produce un estallido de extinción -es decir, un aumento de la conducta no deseada- antes de que ésta disminuya y cese. Los padres deben ser advertidos de antemano.
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