La transición de un duelo normal a uno anormal es gradual y, al evaluar cada caso, la pregunta adecuada no es "¿es esto normal?", sino "¿qué se puede esperar de esta persona con esta pérdida?" Los mismos síntomas pueden aparecer en un duelo normal y anormal, pero se modifican en el tiempo y la intensidad.
El duelo puede ser "anormal" de una de estas dos maneras - el duelo normal puede retrasarse, inhibirse o prolongarse. - Los síntomas, que normalmente no forman parte del duelo normal, pueden desarrollarse y complicarlo, a veces sustituyendo u ocultando parcialmente el duelo.
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