la metadona y la buprenorfina (formulaciones orales), utilizando regímenes de dosificación flexibles, se recomiendan como opciones para la terapia de mantenimiento en el tratamiento de la dependencia de opiáceos
la decisión sobre qué fármaco utilizar debe tomarse caso por caso, teniendo en cuenta una serie de factores, entre los que se incluyen los antecedentes de dependencia de opiáceos de la persona, su compromiso con una determinada estrategia de tratamiento a largo plazo y una estimación de los riesgos y beneficios de cada tratamiento realizada por el clínico responsable en consulta con la persona. Si ambos fármacos son igualmente adecuados, debe prescribirse metadona como primera opción
la metadona y la buprenorfina deben administrarse diariamente, bajo supervisión, durante al menos los 3 primeros meses. La supervisión debe relajarse sólo cuando se garantice el cumplimiento por parte del paciente. Ambos fármacos deben administrarse como parte de un programa de cuidados de apoyo.
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