Los iones de litio desplazan al sodio y al potasio de los fluidos corporales, sustituyen al sodio en nervios y músculos e interfieren en el metabolismo del calcio y el magnesio. Probablemente afectan al transporte de membrana y tienen diversos efectos en los sistemas transmisores centrales. El fármaco se acumula en los fluidos corporales, y las tasas de excreción dependen del aclaramiento renal individual y son menores en la vejez.
En pacientes con función renal normal, la semivida de eliminación del litio es de unas 20-24 horas. Las concentraciones estables se alcanzan unos 5 días después de empezar a tomar el fármaco (1).
Existe un efecto específico del litio sobre el sistema mensajero de inositol trifosfato de las células, pero su importancia es aún incierta.
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