La delincuencia juvenil es un término sociojurídico, no un diagnóstico psiquiátrico.
Un delincuente juvenil se define como una persona de entre 10 y 17 años procesada y declarada culpable de un delito que se clasificaría como delito si lo cometiera un adulto.
Entre los delitos cometidos figuran el robo, la conducción temeraria, el vandalismo y los daños criminales. La violencia personal y los delitos de drogas son menos comunes.
Los delincuentes juveniles pueden tener un trastorno de conducta.
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