El NICE aconseja que los médicos estén alerta ante una posible depresión (sobre todo en personas con antecedentes de depresión o con un problema crónico de salud física con deterioro funcional asociado) y que consideren la posibilidad de formular dos preguntas a las personas que puedan tener depresión, en concreto
durante el último mes, ¿le ha molestado a menudo sentirse decaído, deprimido o desesperanzado?
durante el último mes, ¿le ha molestado a menudo tener poco interés o placer en hacer cosas?
si la persona responde afirmativamente a alguna de las preguntas
un profesional competente en la evaluación de la salud mental debería
revisar el estado mental de la persona y las dificultades funcionales, interpersonales y sociales asociadas
considerar el uso de una medida validada de síntomas, funciones y/o discapacidad
un profesional no competente en la evaluación de la salud mental debería:
derivar a la persona a un profesional adecuado; si no es el médico de cabecera de la persona, informar a éste
al evaluar a una persona con sospecha de depresión, considerar el uso de una medida validada (por ejemplo, para síntomas, funciones y/o discapacidad) para informar y evaluar el tratamiento
en el caso de personas con dificultades significativas de lenguaje o comunicación, por ejemplo personas con deficiencias sensoriales o una discapacidad de aprendizaje, considere la posibilidad de utilizar el Termómetro de la Angustia y/o preguntar a un familiar o cuidador sobre los síntomas de la persona para identificar una posible depresión. Si se identifica un nivel significativo de angustia, investigar más a fondo.
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