Los estimulantes del sistema nervioso central tienen muy pocas indicaciones y no deben utilizarse para tratar la depresión, la obesidad, la senilidad, la debilidad o el alivio de la fatiga.
La cafeína es un estimulante débil presente en el té y el café y se incluye en muchos preparados analgésicos, pero no contribuye a su efecto analgésico o antiinflamatorio. Un consumo excesivo de cafeína puede provocar un estado de ansiedad.
Las anfetaminas tienen un campo de utilidad limitado y debe desaconsejarse su uso, ya que pueden provocar dependencia y estados psicóticos.
Las anfetaminas pueden tener un papel en el tratamiento de los niños hiperactivos. Deben utilizarse con extrema precaución y tras consultar con un experto en psiquiatría, ya que pueden provocar un retraso del crecimiento y no se han evaluado los efectos del tratamiento a largo plazo.
También pueden tener un papel en el tratamiento de la narcolepsia.
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