La terapia familiar reparadora se aplica en situaciones en las que la familia está tan minada por una crisis que se requiere una intervención terapéutica para restablecer el funcionamiento saludable. Ejemplos de acontecimientos que pueden provocar una crisis familiar son la muerte de un familiar, el encarcelamiento de un familiar y el despido de un familiar.
Esta forma de terapia tiene muchas similitudes con la terapia de crisis que se aplica al individuo. Se trata de un tratamiento a corto plazo en el que se emplean técnicas conductuales, cognitivas y de asesoramiento para restablecer un afrontamiento eficaz en una familia que se ha visto (o corre el riesgo de verse) desbordada por acontecimientos para los que no dispone de los recursos psicológicos necesarios.
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