Hay pocos cambios en la arquitectura del sueño durante la pubertad, principalmente una continuación de los cambios generales del sueño que acompañan al envejecimiento, es decir, menos sueño de ondas lentas en general, menos sueño de fase 4 en particular y una reducción del tiempo medio de sueño en general. Hay menos despertares nocturnos y menos ciclos de sueño REM/no REM. El número de ciclos disminuye de unos 7 en la prepubertad a unos 4 en la edad adulta temprana.
Dos rasgos que suelen caracterizar los patrones de sueño de los adolescentes son (1):
La somnolencia de media tarde puede ser evidente en los adolescentes incluso cuando se les permite dormir lo suficiente por la noche; y no tiene nada que ver con los almuerzos pesados. La dificultad para despertarse por las mañanas puede estar relacionada con la falta de sueño nocturno adecuado. A menudo, los adolescentes sufren una privación crónica del sueño y es probable que aprovechen las oportunidades para recuperar el sueño nocturno perdido.
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