Este diagnóstico se aplica a un grupo de pacientes mal definido.
Está formado tanto por pacientes que simplemente no cumplen los criterios diagnósticos de la anorexia o la bulimia nerviosas, es decir, una anoréxica de peso normal (debido al inicio de la conducta anoréxica a partir de un peso superior), como por pacientes con afecciones distintas. Este último grupo está formado por pacientes que vomitan cuando están ansiosos o pacientes que son incapaces de tragar en público.
Se cree que este diagnóstico puede aplicarse hasta a un 5% de la población.
(1).
En el trastorno por atracón, la persona tiene episodios incontrolables de atracones, pero no utiliza conductas compensatorias de purga (1).
Suele aparecer en la adolescencia o a principios de la veintena. La proporción de sexos es más equilibrada que en otros trastornos alimentarios. Muchos individuos con trastorno por atracón son obesos. Los rasgos depresivos son frecuentes. Los episodios de atracones se asocian a 3 o más de los siguientes factores (1):
La mayoría de los pacientes con BED pueden ser tratados con éxito en atención primaria. Dar a los pacientes, otros familiares y cuidadores información y apoyo continuos, incluida información de autoayuda. Las opciones de tratamiento son los programas de autoayuda basados en la evidencia y/o la medicación con un antidepresivo como la fluoxetina 60 mg diarios (2).
Si el tratamiento no tiene éxito en atención primaria, se debe considerar la derivación directa a terapia cognitivo-conductual, si se dispone de ella, o al apoyo de atención secundaria a través de una clínica de trastornos alimentarios, o a los servicios psiquiátricos especializados, si el paciente cumple los criterios locales de derivación (2).
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