Se trata de elementos esenciales de la historia clínica, ya que muchas afecciones reumatológicas están restringidas a determinados elementos de la población. Por ejemplo, la artrosis es más frecuente a medida que aumenta la edad, y algunas enfermedades son más comunes en las mujeres, como el LES, o en los hombres, como la enfermedad de Reiter.
La cronicidad de los síntomas puede favorecer el diagnóstico de artritis reumatoide frente a otras afecciones más agudas; del mismo modo, un inicio, distribución y gravedad característicos pueden favorecer el diagnóstico de gota. El aumento de los síntomas por la mañana, es decir, la rigidez, en comparación con la tarde, es característico de la espondilitis anquilosante.
Los antecedentes personales o familiares de psoriasis pueden ser significativos, al igual que los síntomas previos que puedan sugerir la presencia de una enfermedad sistémica. Por ejemplo, la sequedad de boca podría sugerir la presencia del síndrome de Sjogren.
A la hora de calibrar la gravedad de una enfermedad y de considerar su tratamiento, es importante evaluar el efecto sobre la vida del paciente.
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