El techo del canal inguinal está formado por las fibras arqueadas inferiores del oblicuo interno y del transverso abdominal.
Las fibras del músculo oblicuo interno se originan en los dos tercios laterales del canal formado por el pliegue del ligamento inguinal. Se arquean inferomedialmente sobre el cordón para volverse aponeuróticas a nivel del ligamento lacunar. Las fibras más laterales pasan por delante del recto abdominal para insertarse en la sínfisis púbica. Las fibras que se originan más medialmente a lo largo del ligamento inguinal se insertan lateralmente a lo largo de la línea pectínea hasta el borde libre semilunar del ligamento lacunar.
Las fibras musculares del transverso abdominal se originan en la mitad lateral del ligamento inguinal. Se sitúan en profundidad a las fibras del oblicuo interno y se vuelven aponeuróticas en un punto anterior de su curso arqueado sobre el cordón.
Las aponeurosis del oblicuo interno y del transverso abdominal se fusionan en su inserción común medial como tendón conjunto.
Las fibras más inferiores del oblicuo inferior y del transverso del abdomen son inervadas por los nervios iliohipogástrico e ilioinguinal. Si alguno de ellos está dañado, por ejemplo, tras una intervención quirúrgica, no se produce la contracción del techo del canal en respuesta a una elevación de la presión intraabdominal. Por consiguiente, existe una predisposición a la hernia inguinal directa.
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