Una hernia perineal sobresale a través de los músculos y la fascia del suelo perineal. Puede ser primaria, pero suele adquirirse tras una prostatectomía perineal, una resección abdominoperineal del recto o una exenteración pélvica.
Estas hernias se presentan como abultamientos perineales fácilmente reducibles y suelen ser asintomáticas. Alternativamente, puede haber dolor, disuria, obstrucción intestinal o exenteración perineal.
El tratamiento es quirúrgico. La hernia se expone haciendo una incisión directamente sobre ella. Se abre el saco, se reduce su contenido, se separa de las estructuras circundantes y se cierra la herida. Con los pacientes en posición de semi-Trendelenburg, se abre el abdomen y se expone la boca del saco. El saco se invierte, se extirpa y se repara el suelo pélvico.
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