La nasofaringoscopia es una exploración rutinaria para evaluar la insuficiencia velofaríngea. Es especialmente útil para visualizar las estructuras afectadas, pero proporciona poca información sobre el tamaño de las estructuras o el grado y la amplitud del movimiento. Estos últimos problemas se deben en gran medida a la distorsión óptica resultante de un ángulo de visión amplio y oblicuo.
El endoscopio puede ser rígido o flexible:
- endoscopios rígidos:
- mejor capacidad de transporte de la luz
- generalmente mejor resolución óptica
- difícil de pasar si hay desviación septal
- endoscopios flexibles:
- más fáciles de pasar
- menos peligrosos para los niños
- menor capacidad de transporte de luz, por lo que las vistas son peores en las nasofaringe grandes
Antes de pasar el endoscopio, hay que anestesiar la cavidad nasal y la nasofaringe. Esto puede hacerse con un anestésico local y un spray vasoconstrictor, p. ej:
- 5% de lignocaína y 0,5% de fenilefrina
- 3% de cocaína y 0,25% de adrenalina
La nasofaringoscopia debe registrarse para una evaluación posterior; combinada con la videofluoroscopia, permite medir la amplitud del movimiento, ya que la anchura del endoscopio es visible en las radiografías.
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