La medicina basada en la evidencia combina la experiencia individual del médico, la mejor evidencia externa disponible y las preferencias del paciente a la hora de tomar decisiones sobre su atención sanitaria. La pericia del médico es la habilidad y el juicio, basados en la experiencia, que conducen a un mejor diagnóstico y a una comprensión más compasiva de los predicamentos, derechos y preferencias del paciente a la hora de tomar decisiones clínicas. La evidencia externa incluye la investigación de las ciencias básicas y, en particular, la investigación clínica centrada en el paciente sobre la precisión de las pruebas diagnósticas (incluido el examen clínico), los marcadores utilizados para hacer pronósticos y la eficacia y seguridad de los tratamientos, ya sean terapéuticos, preventivos o de rehabilitación. Las pruebas clínicas externas pueden invalidar pruebas y tratamientos previamente aceptados y sustituirlos por otros nuevos más potentes, precisos, eficaces y seguros.
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