Las prótesis de cadera no cementadas requieren una prótesis ajustada con una superficie en la que crece el hueso.
Una ventaja sobre las prótesis cementadas es que la variedad no cementada es más fácil de revisar, por lo que debe considerarse en un paciente joven que puede necesitar una serie de prótesis de cadera a medida que aumenta la edad.
Los principales inconvenientes son que no se permite cargar peso hasta pasadas entre 6 semanas y 3 meses de la operación y que, a largo plazo, la prótesis puede aflojarse más rápidamente que una cementada.
Entre el 1 y el 5% de los pacientes se quejan de dolores importantes en la cadera tras una prótesis no cementada; puede existir una correlación entre estos dolores y el crecimiento del hueso dentro de la prótesis, ya que un mayor crecimiento provoca más dolor.
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