La rinitis atrófica se caracteriza por una metaplasia escamosa seguida de atrofia. La nariz se llena de costras malolientes. El olor de estas costras puede provocar el ostracismo del niño.
Se desconoce la causa de la rinitis atrófica, que es poco frecuente en las sociedades occidentales. La afección puede seguir a una cirugía nasal radical, puede ser el punto final de una rinitis medicamentosa o puede deberse a una infección crónica por organismos específicos. En esta afección se suele cultivar Klebsiella.
En las primeras fases de la enfermedad puede ser útil una atención meticulosa a la sinusitis y a la higiene nasal. En las fases más avanzadas, las gotas nasales -glucosa al 50% en glicerina- pueden ayudar a reducir el olor y la formación de costras.
El tratamiento quirúrgico consiste en el cierre de las fosas nasales mediante un colgajo circunferencial de piel vestibular. La mucosa nasal puede recuperarse tras un periodo de cierre prolongado y la nariz puede volver a abrirse.
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