Representa alrededor del 25% de las neoplasias ováricas. Ocurre con mayor frecuencia durante la vida reproductiva y suele ser un hallazgo incidental. Alrededor del 20% son bilaterales.
Los teratomas quísticos benignos derivan de dos o más de las tres capas germinales: ectodermo, endodermo y mesodermo. Lo más frecuente es que los quistes estén revestidos por piel con glándulas sudoríparas y sebáceas, y que contengan material sebáceo graso y amarillo mezclado con pelos. Con menor frecuencia, pueden encontrarse cartílago, hueso, tejido tiroideo y otras estructuras.
En ocasiones, los elementos tiroideos pueden constituir más del 80% del tumor; esta lesión se denomina struma ovarii y puede asociarse a hipertiroidismo.
La quistectomía ovárica puede realizarse en una mujer joven si se desea tener hijos en el futuro. También debe explorarse el otro ovario y resecarse cualquier quiste.
También pueden aparecer tumores similares en los tejidos retroperitoneales, el mediastino e incluso el cuerpo pineal.
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