Esta lesión es forzada por una hiperextensión en la articulación metacarpofalángica. Esta lesión suele producirse en el pulgar o en la quinta articulación metacarpofalángica. Este tipo de lesión puede producirse, por ejemplo, en un portero cuando intenta atajar el balón pero sólo consigue llevar parte de la mano al balón.
La luxación se reduce: al principio se intenta una reducción cerrada (que consiste en tirar del pulgar y hacer palanca con la falange hacia delante), pero este tipo de reducción puede fracasar y requerir una reducción abierta. La articulación se sujeta con correas durante aproximadamente una semana en posición flexionada.
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