El fenol es muy corrosivo y se absorbe a través de la piel intacta. Se utiliza en la fabricación de medicamentos, productos agroquímicos, plásticos, resinas y detergentes, y como reactivo de laboratorio.
La exposición provoca una quemadura blanca indolora, asociada a náuseas, sudoración, disnea y pirexia. Los efectos posteriores (entre 1 y 5 horas después de la exposición) incluyen edema pulmonar, shock cardiogénico e insuficiencia renal.
Son aplicables los principios básicos de la gestión de quemaduras químicas. El polietilenglicol (P.E.G. 300, `macro gol') debe frotarse continuamente sobre la piel.
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