Es la lesión vertebral más frecuente. Se producen en la unión toracolumbar, donde termina la cifosis torácica y comienza la lordosis lumbar; son el resultado de una fuerza vertical justo delante de la línea media de la columna vertebral que comprime el labio anterior de la vértebra afectada. Los ligamentos posteriores permanecen intactos.
Es más frecuente en pacientes de edad avanzada con hueso porótico que resbalan y caen de culo. En pacientes más jóvenes, se asocia a caídas de altura y aterrizaje sobre los talones (lo que también puede causar una fractura por aplastamiento del calcáneo).
La fractura suele ser estable a pesar del dolor intenso. El mejor tratamiento es la actividad. Una vez que el dolor ha remitido -normalmente tras una o dos semanas en cama- se recomienda hacer ejercicio. Un corsé puede ayudar a mantener la confianza y prestar apoyo adicional.
Si la pérdida de altura vertebral es considerable (superior al 50%), existe riesgo de colapso progresivo. Se lleva un chaleco de yeso de seis a doce semanas. La fusión vertebral puede ser necesaria si la cifosis grave es inevitable.
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