Junto con la profundidad de la quemadura y el agente quemante, otro factor determinante de la gravedad es la superficie de piel dañada. Es esencial estimar la superficie quemada para orientar la reanimación con líquidos.
La técnica recomendada es la regla de los nueves - véase el submenú.
En el caso de los niños y de las quemaduras pequeñas, un método alternativo consiste en estimar la extensión de la quemadura comparándola con la superficie de la mano del paciente. La superficie de los dedos y de la palma de la mano equivale aproximadamente a una quemadura del 1% de la superficie corporal total. Una forma de implicar al niño angustiado en la tarea de estimar la superficie de la quemadura es dibujar alrededor de los dedos y la palma de la mano. A continuación, se recorta esta plantilla de papel y se coloca contra la quemadura para estimar su superficie.
Para las quemaduras grandes, hay que restar a 100 la superficie no quemada. Además, como forma de comprobar una estimación de la superficie quemada sea cual sea la técnica aplicada, es prudente calcular tanto la superficie quemada como la no quemada para ver si las cifras se corresponden.
La superficie corporal total quemada está directamente relacionada con la mortalidad final de la lesión.
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