El paciente que ha sufrido recientemente un infarto de miocardio corre un mayor riesgo de sufrir un nuevo infarto mortal durante una anestesia general. El riesgo disminuye con el tiempo hasta pasados tres o posiblemente seis meses desde el evento original.
Por lo tanto, es prudente posponer la anestesia general no urgente en un paciente con un infarto reciente el mayor tiempo posible. Seis meses son suficientes para lesiones pequeñas y sin complicaciones en pacientes por lo demás sanos.
El reinfarto, que puede ser silente, tiende a producirse al principio del periodo postoperatorio, por lo que es aconsejable una monitorización continua del ECG durante este periodo. A menudo, el paciente se encuentra en cuidados intensivos, donde resulta ventajoso realizar ECG seriados y administrar oxígeno a través de una mascarilla facial.
Añada a esta página información que sería útil tener a mano durante una consulta, como una dirección web o un número de teléfono. Esta información se mostrará siempre que visite esta página