Las cicatrices estiradas o ensanchadas se producen cuando las heridas en cicatrización están expuestas a tensiones mecánicas. Pueden deberse a que la herida se desprende físicamente (dehiscencia) y luego cicatriza por segunda intención, o a que la cicatriz inicial se deforma en respuesta a las fuerzas extrínsecas. La mayor parte del estiramiento se produce en los tres primeros meses tras la intervención, pero el proceso puede prolongarse hasta un año.
No existe predisposición por edad, sexo o raza. Sin embargo, una cicatriz estirada es más probable cuando la piel es intrínsecamente débil durante la reparación. Esto puede ocurrir con enfermedades del colágeno como el síndrome de Ehlers-Danlos, la progeria y con la atrofia dérmica, por ejemplo con la edad avanzada o la exposición crónica al sol. El factor patogénico más importante es la tensión inherente a la piel. La tensión es máxima en líneas discretas a lo largo de la superficie corporal. La piel tiende a plegarse y arrugarse a lo largo de líneas que son generalmente perpendiculares a la tensión; éstas se denominan "líneas de tensión cutánea relajada" o LPTR. Las heridas incisas que son perpendiculares a las RSTL tienen más probabilidades de estar expuestas a la tensión y de estirarse.
Normalmente, las cicatrices estiradas son planas o deprimidas, pálidas y blandas, sin elevación sobre la piel circundante. Ejemplos típicos son las estrías abdominales, en las que el tejido elástico dérmico se estira excesivamente, y las cicatrices en zonas móviles, como la articulación de la rodilla. Las extremidades y el abdomen son los lugares de aparición más frecuentes.
Aunque generalmente son asintomáticas, si el paciente está preocupado por el aspecto de una cicatriz estirada prominente, puede tratarse mediante escisión y cierre con una técnica quirúrgica meticulosa, al tiempo que se contrarrestan las tensiones a través de la herida, por ejemplo, mediante un vendaje con esparadrapo a largo plazo o una sutura intradérmica permanente no absorbible. Esta revisión de la cicatriz sólo debe intentarse cuando la cicatriz haya madurado completamente, lo que suele tardar entre 12 y 18 meses. El paciente debe ser consciente de que es inevitable que vuelva a aparecer una cicatriz después del tratamiento, y que con una nueva escisión, es más probable que se produzca un estiramiento, a menos que se tomen medidas para evitarlo. Otras técnicas que se han probado para tratar quirúrgicamente las cicatrices distendidas son:
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