Tras la evaluación de las vías respiratorias y la respiración, la circulación es la siguiente consideración más urgente en el paciente con quemaduras graves.
Debe aplicarse presión directa en cualquier punto de hemorragia activa. Un breve examen cardiovascular debe evaluar los signos de hipovolemia:
- tiempo de relleno capilar del lecho ungueal
- comprobar el pulso
- centralmente para detectar taquicardia
- periféricamente en busca de pérdida; esto es vital en todos los casos de quemaduras circunferenciales que puedan requerir escarotomía
- tensión arterial
Una quemadura importante puede distraer al examinador de una lesión interna grave con pérdida importante de sangre.
En el adulto, deben introducirse al menos dos cánulas intravenosas de gran calibre a través de la piel no quemada. Es posible introducir las cánulas a través de la piel quemada, pero no es aconsejable, ya que son más difíciles de localizar y aumentan el riesgo de infección. Los posibles lugares de acceso por orden de preferencia son: antebrazo o fosa antecubital; vena yugular externa o femoral; vena safena larga en el tobillo, pero puede ocluirse pronto. Si no hay éxito, se puede considerar un "corte hacia abajo" en la fosa antecubital o el tobillo. El acceso circulatorio intraóseo es una alternativa en el paciente quemado menor de dos años.
Una vez obtenido el acceso, la sangre se envía inmediatamente para una serie de investigaciones y se inicia la reanimación con líquidos (véase el menú principal). En el submenú se ofrece una crítica más detallada de la evaluación de la circulación en traumatismos.
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