Esta afección suele resolverse espontáneamente al cabo de uno o dos meses en la mayoría de los pacientes (1). Una parte importante del tratamiento consiste en controlar el prurito. Puede estar indicada la medicación antipruriginosa tópica, por ejemplo mentol al 1 o 2% en calamina o crema acuosa o antihistamínicos orales. En raras ocasiones pueden utilizarse esteroides tópicos para controlar el prurito (1).
Según un pequeño número de ensayos controlados, el tratamiento con eritromicina durante 2 semanas eliminó la erupción en el 73% de los pacientes y podría ser beneficioso (2).
La radiación ultravioleta puede utilizarse para disminuir la duración de la erupción y la intensidad del picor, pero debe utilizarse con precaución, ya que puede provocar hiperpigmentación postinflamatoria (3).
Una revisión sistemática llegó a la conclusión de que "...en comparación con el placebo o la ausencia de tratamiento, el aciclovir oral probablemente conduce a una mayor mejoría de la erupción, buena o excelente, según la valoración del médico. Sin embargo, las pruebas del efecto del aciclovir sobre el prurito no fueron concluyentes. Se encontraron pruebas de calidad baja a moderada de que la eritromicina probablemente reduce el prurito más que el placebo..." (4)
Referencias:
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