La prueba de punción cutánea es la prueba diagnóstica más eficaz para detectar reacciones alérgicas de tipo I mediadas por IgE, como rinitis alérgica, asma atópica, urticaria aguda, etc.
Las reacciones de hipersensibilidad de tipo I se caracterizan por reacciones de habones y brotes a las pruebas cutáneas con antígenos ambientales comunes, normalmente con una historia clínica adecuada.
La reactividad de las pruebas cutáneas depende de al menos tres factores distintos:
- (1) un sistema inmunitario intacto
- (2) la presencia de células masivas sensibilizadas con IgE que liberan mediadores cuando se exponen al antígeno;
- (3) y una piel que pueda responder a la histamina con el desarrollo de una respuesta inflamatoria que incluya eritema e induración.
Las ventajas de la prueba de punción cutánea son que es una forma de prueba sencilla, rápida (proporciona resultados en 15-20 minutos) y barata.
- puede dar información útil en todas las formas de alergia, y es apropiada para alergias inhaladas e ingeridas (comidas)
La prueba de punción cutánea introduce una cantidad tan pequeña de alérgeno en la piel que la prueba es bastante segura
Las pruebas cutáneas suelen realizarse en la cara interna del antebrazo, pero si el paciente tiene un eccema grave, la prueba puede realizarse en la espalda.
- los alérgenos de la prueba se seleccionan en función del historial del paciente
- se pueden realizar pruebas con tan sólo 3 ó 4 alérgenos, o con hasta 25 aproximadamente
- el brazo se codifica con un rotulador para los alérgenos que se van a probar
- se coloca una gota de la solución alergénica (extracto) junto al nombre o número correspondiente
- se pincha la piel a través de la gota con la punta de una lanceta
- el paciente debe evitar tomar antihistamínicos y otros medicamentos durante las 48 horas previas a la prueba
si la prueba es positiva, la piel pica a los pocos minutos y luego se enrojece y se inflama con un "habón" en el centro
- el habón tiene un borde elevado que se expande lentamente hasta alcanzar su tamaño máximo en unos 15 minutos, desapareciendo para la mayoría de las personas en una hora. Sin embargo, tener una reacción no es en sí mismo una señal de que alguien tenga alergia a esa sustancia
- el habón debe superar un determinado tamaño para sugerir una alergia, aunque el tamaño del habón no es indicativo de la gravedad de la reacción alérgica
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