El procedimiento abierto para una úlcera duodenal perforada consiste en resecar la brecha; debido a la tendencia a la recurrencia de los síntomas dispépticos en estos pacientes, la resección puede combinarse con una vagotomía.
La vía de entrada es una incisión en la línea media por encima del ombligo. Se perfora el peritoneo y se extraen el estómago y el píloro. La perforación suele ser pequeña y llamativa. Se pasan suturas gruesas de catgut crómico, por ejemplo 0/0, a través de todas las capas de la pared duodenal. Sólo se necesitan 2 ó 3 para la mayoría de las perforaciones. Se dejan sin atar mientras un ayudante agarra con pinzas una parte inferior del epiplón. El epiplón debe ser lo suficientemente grande como para tapar la brecha. Se estira hacia arriba y las suturas se anudan sobre él sin tensión indebida.
Después de resecar la lesión y antes de cerrar la herida, es prudente irrigar la cavidad abdominal con varios litros de solución salina.
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