En pacientes de bajo riesgo con hemorragia rectal que no estén excesivamente ansiosos, es razonable un manejo sintomático; las hemorroides mínimamente sintomáticas pueden observarse con seguridad (1).
Los pacientes con hemorroides sintomáticas deben recibir consejos sobre tratamiento tópico, ingesta oral de líquidos, dieta rica en fibra y suplementos de fibra.
Una fisura anal aguda, que crea un desgarro en la piel del canal anal, puede tratarse con consejos dietéticos y un agente voluminizador.
El tratamiento de una hemorragia digestiva baja requiere una reanimación inicial y el diagnóstico de la enfermedad subyacente.
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