La anamnesis y la exploración son valiosas en la sospecha de obstrucción gastrointestinal para identificar el nivel aproximado de obstrucción.
El tratamiento subyacente puede resumirse como "goteo y succión". Se mantiene al paciente sin ingerir nada por la boca y se le administran líquidos por vía intravenosa, cuyo volumen y tipo dependen del estado de hidratación y del equilibrio electrolítico. Se coloca una sonda nasogástrica en caso de obstrucción del intestino delgado o si el paciente vomita. De este modo se minimiza el riesgo de aspiración del contenido gástrico, especialmente durante la inducción de la anestesia general si es necesaria una intervención quirúrgica. Se administra analgésico. Debe considerarse la profilaxis antibiótica contra la sepsis.
Las indicaciones de cirugía inmediata incluyen
Si no hay peritonismo, el tratamiento es conservador durante dos o tres días; es decir, nada por la boca, con sonda nasogástrica. Si las características de la obstrucción no se resuelven, o si hay un deterioro general del estado del paciente con aparición de sensibilidad abdominal y taquicardia, entonces está indicada la cirugía.
La obstrucción del intestino grueso causada por impactación fecal puede tratarse con enemas o extracción manual de las heces.
La obstrucción intestinal no mecánica suele resolverse con tratamiento conservador y la eliminación de cualquier causa precipitante.
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