Según la clasificación revisada de Atlanta, el diagnóstico de pancreatitis aguda requiere dos de las tres características siguientes
- dolor abdominal - aparición aguda de un dolor epigástrico intenso y persistente que a menudo se irradia a la espalda)
- actividad de la lipasa sérica (o actividad de la amilasa) al menos tres veces superior al límite superior de la normalidad
- la estimación de la lipasa es más sensible y específica que la medición de los niveles de amilasa
- los niveles enzimáticos pueden ser normales en alrededor del 5% de los pacientes en el momento de su ingreso en el hospital
- hallazgos característicos de pancreatitis aguda en la tomografía computarizada con contraste (CECT) (1,2).
Los pacientes con diagnóstico positivo de pancreatitis aguda (establecido por dolor abdominal y por aumento de la actividad de las enzimas pancreáticas séricas) no suelen requerir CECT. Los pacientes que presentan una actividad de la amilasa y/o lipasa sérica inferior a tres veces el límite superior de la normalidad (que se observa en la presentación tardía) pero con dolor abdominal que sugiere claramente una pancreatitis aguda requerirán pruebas de imagen para confirmar la enfermedad (1).
Otras investigaciones realizadas para ayudar al diagnóstico, clasificar la gravedad de la enfermedad y predecir los resultados en la pancreatitis incluyen:
- pruebas de laboratorio
- Hemograma: puede revelar una leucocitosis y/o un aumento de la concentración de hemoglobina debido a la hemoconcentración.
- panel metabólico completo que incluya la función renal y hepática
- la elevación de las enzimas hepáticas apunta a los cálculos biliares como causa de la pancreatitis aguda
- se recomienda realizar una prueba de función hepática a todos los pacientes en las 24 horas siguientes al ingreso
- análisis de orina
- niveles de triglicéridos
- niveles de calcio
- nivel de lactato deshidrogenasa
- gasometría arterial
- nivel de proteína C reactiva
- imágenes
- ecografía abdominal - debe realizarse en todos los pacientes en las 24 horas siguientes al ingreso para buscar cálculos biliares en la vesícula biliar
- radiografía de tórax - puede mostrar elevación del hemidiafragma izquierdo con atelectasia y derrame pleural
- radiografía simple de abdomen: puede mostrar un aspecto de vidrio deslustrado debido a la presencia de un exudado peritoneal. El gas intestinal suele estar ausente, salvo una sección central dilatada de duodeno o yeyuno conocida como asa "centinela"; indica íleo localizado.
- pruebas de imagen no estándar
- ultrasonografía endoscópica
- colangiopancreatografía por resonancia magnética
Examen de heces - puede revelar cálculos biliares insospechados.
Lavado peritoneal - confirma el diagnóstico si se aspira un líquido inodoro, amarillo-marrón, rico en amilasa. Puede aliviar el dolor y evitar una laparotomía innecesaria.
Notas:
- prueba de tripsinógeno en orina en el punto de atención para el diagnóstico de pancreatitis en el servicio de urgencias (1)
- la sensibilidad y especificidad del tripsinógeno en orina para la pancreatitis aguda se examinó en un pequeño estudio y fue, respectivamente, del 100% (intervalo de confianza [IC] del 95% = 77% a 100%) y del 96% (IC del 95% = 92% a 98%)
- los autores concluyeron que la prueba de detección del tripsinógeno en orina para la pancreatitis se comparaba favorablemente con los niveles plasmáticos de lipasa y amilasa
- el aclaramiento de las enzimas pancreáticas varía, por lo que el momento de la toma de muestras de sangre desde el inicio de la pancreatitis aguda afecta a la sensibilidad de la prueba
- la lipasa tiene una mayor precisión diagnóstica que la amilasa (los niveles de lipasa están elevados durante más tiempo) (4)
Referencia: