Las pruebas de anticuerpos heterófilos, como las pruebas de Paul Bunnell o Monospot, pueden utilizarse en el diagnóstico de la fiebre glandular.
Los anticuerpos heterófilos tienen la capacidad de aglutinar glóbulos rojos de diferentes especies animales. La prueba Paul-Bunnell utiliza eritrocitos de oveja; la prueba Monospot, eritrocitos de caballo.
En la mononucleosis infecciosa, los anticuerpos heterófilos IgM suelen ser detectables durante los 3 primeros meses de la infección. Característicamente, son capaces de aglutinar los eritrocitos de oveja; es absorbido por los eritrocitos de buey pero no por las células renales de cobaya.
El patrón de reactividad es importante, ya que caracteriza los anticuerpos heterófilos presentes en la fiebre glandular de los que aparecen en otras enfermedades, por ejemplo:
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