La mononucleosis infecciosa (o fiebre glandular) suele ser una enfermedad autolimitada causada generalmente por el virus de Epstein-Barr (VEB), miembro de la familia de los herpesvirus. El virus se replica principalmente en los linfocitos B y, en algunos casos, en las células epiteliales de la faringe y el conducto parotídeo (1).
El virus está presente en todo el mundo y la mayoría de las personas se infectan por el VEB en algún momento de su vida (2).
El virus se excreta durante algunos meses en las secreciones nasofaríngeas (principalmente por la saliva) que son responsables de la transmisión de persona a persona. (1)
La posibilidad de desarrollar MI tras una infección aguda por VEB parece aumentar con la edad
No es tan contagiosa como el resfriado común. Aunque se trata de una enfermedad autolimitada, el virus permanece en el organismo de por vida (3).
Un médico de cabecera con 10.000 pacientes puede esperar unos siete nuevos casos de mononucleosis infecciosa al año (aunque esta cifra aumentará en las consultas con un elevado número de jóvenes) (6). Por lo tanto, los médicos de cabecera desempeñan un papel importante en el diagnóstico de la MI, ya que se encuentran con la gran mayoría de los pacientes con enfermedad relacionada con el VEB (7).
Aproximadamente entre el 10% y el 20% de las personas susceptibles se infectan con el virus de Epstein-Barr (VEB) cada año, y la MI se desarrolla en el 30% al 50% de estas personas. (8)
Referencias:
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