León y Sánchez (1) han demostrado que el ejercicio aeróbico aumenta el colesterol HDL en un 4-5
la mayoría de los estudios sobre el ejercicio y sus efectos en las HDL tienen una frecuencia de ejercicio de 3 a 5 veces por semana y 30 minutos o más de ejercicio por sesión a una intensidad de moderada a extenuante
existen pruebas limitadas de que una mayor intensidad del ejercicio produzca una mayor respuesta del colesterol HDL que una intensidad moderada o ligera
el umbral que afecta a los lípidos durante el entrenamiento semanal parece ser un gasto energético durante el ejercicio de 1200-1500 kcal y la duración mínima del entrenamiento debería ser de 12 semanas (1)
un hallazgo en el estudio de 6 meses sobre 111 hombres y mujeres con sobrepeso de Krauss (2) sugiere que el gasto energético es crucial y más importante que la intensidad del ejercicio, y los efectos más marcados se observaron con un gasto energético de 2000 kcal con una intensidad extenuante
la duración del periodo de entrenamiento también podría ser muy importante, especialmente en mujeres posmenopáusicas
en el estudio de King et al. (1995), 1 año de entrenamiento moderado en mujeres posmenopáusicas no fue suficiente, pero 2 años mostraron mejoras lipídicas estadísticamente significativas (King et al., 1995)
según León y Sánchez (1), los niveles basales de lípidos predicen fuertemente la respuesta al ejercicio: cuanto más bajo es el HDL-colesterol basal, mayor es la respuesta al ejercicio
tanto los factores genéticos como el estilo de vida pueden influir en los niveles de colesterol HDL
uno de los factores genéticos asociados es el polimorfismo Taq 1B en el intrón 1 del gen de la proteína de transferencia de ésteres de colesterol (CETP)
en muchos estudios se ha observado que los niveles plasmáticos de CETP y colesterol HDL varían con el genotipo Taq 1B; los genotipos B1B1, B1B2 y B2B2 se asocian con los niveles de colesterol HDL más bajos a los más altos y con los niveles de CETP más altos a los más bajos, respectivamente
un estudio (4) ha demostrado un aumento del colesterol HDL asociado a la actividad física en sujetos de sexo masculino, asintomáticos o con EAC, especialmente en aquellos con genotipo B1B1
el mecanismo no está claro, pero el efecto neto de (i) un aumento general del colesterol HDL asociado al ejercicio en varones y (ii) los niveles más bajos de colesterol HDL en varones sedentarios B1B1 en comparación con B1B2 o B2B2 puede explicar el aumento del colesterol HDL asociado al ejercicio que se produce al máximo en varones B1B1; sin embargo, no está claro si se trata de un hecho casual o de una verdadera interacción
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