la supresión de la espermatogénesis y la ginecomastia son consecuencias frecuentes del uso de andrógenos
las dosis elevadas de esteroides androgénicos anabolizantes (AAS) suprimen el eje hipotalámico-hipofisario-gonadal debido a una retroalimentación negativa, y pueden pasar semanas o meses (a veces más) hasta que el eje se recupere
la atrofia de los túbulos seminíferos durante este tiempo puede provocar subfertilidad/infertilidad
incluso tras la interrupción de los AAS, los sujetos pueden seguir presentando síntomas de hipogonadismo (libido baja, disfunción eréctil y baja vitalidad) hasta que el eje se recupere
aunque no existen ensayos aleatorios, los informes anecdóticos sugieren que el uso de citrato de clomifeno puede acelerar la recuperación del eje gonadal
ginecomastia también se observa en atletas que utilizan AAS, concretamente andrógenos aromatizables, como la testosterona
una parte de la testosterona se convierte por aromatización en estradiol (un estrógeno endógeno) en los varones - sin embargo, con cantidades suprafisiológicas de testosterona, los niveles de estradiol también aumentan hasta niveles suprafisiológicos
muchos atletas recurren al uso no indicado de tamoxifeno (antagonista de los receptores de estrógenos) e inhibidores de la aromatasa para evitar este efecto secundario
Las mujeres que utilizan AAS experimentan los efectos adversos habituales del hiperandrogenismo, como atrofia mamaria, menstruación irregular, hirsutismo, calvicie de patrón masculino, voz ronca y clitoromegalia.
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